lunes, 29 de septiembre de 2008

Para quienes nos vestimos?


Desde que tengo uso de razón he sido fiel lectora de revistas de moda. Horas imaginándome zambullida en distintos outfits y looks. Horas en el baño tramando camaleónicas personas parecidas a mí. Desde disfraces, pasando por ropa de mi madre, de mi hermana, de mi abuela...



Como buena canceriana, cada prenda recolectada a lo largo de la vida, es instantáneamente asociada a algún hecho en particular (viaje, fiesta, salida, regalo, compra compulsiva y millones de etc.), para luego clasificarse y archivarse prolijamente en el altillo. Fashion victim? No, mujer coqueta supongo. Ahora, si me preguntan porqué ... para quién me visto? La respuesta, ya empieza a llevarme a reflexiones más profundas. Creo, que es para mis amigas, para las mujeres en definitiva que son parte de mi entorno. Sólo a ellas les interesa (como a mí) la caída del jersey de algodón, o el estampado floreado que se viene esta temporada.



Creo que a los hombres no les interesa qué nos ponemos. A ellos les importa el "cómo" lo llevamos. El conjunto, y la expresión.



A nosotras, nos fascinan las texturas, los colores y los cortes. Pero no nos engañemos, no nos vestimos para seducirlos. Es para establecer nuestros códigos dentro del mundo femenino. O acaso algún hombre sabía de la existencia de Louis Vuitton antes de la 125?



Las mujeres somos competitivas, hasta la última célula nos delata. Y el hombre es lineal en estas cuestiones. Remera y jeans. Y su apreciación de la estética de la moda, va en sentido inverso al agregado de prendas. Una buena bikini es la fascinación por excelencia.


miércoles, 17 de septiembre de 2008

Menos es más





Cuando dejé mi pequeño palacio de Versailles, sentí un terrible alivio. En mi auto estaba cargada la practicuna de mi hijo, unos cuantos jugetes y un par de valijas con mi ropa. Ni una cucharita, ni una taza de café. Fue un gran alivio, la tormenta afectiva estaba cediendo, el viento había dejado sólo lo importante en su lugar, el resto estaría en otras orillas.



Empezar de vuelta no fue fácil, pero esa sensación de no tener mochilas que acarrear, fue el respirar más hondo de mi vida. Cuando entré a mi nuevo departamento, con las bombitas de luz colgando... el olor a plastificado de pisos y las paredes prístinas fueron una impactante bienvenida a una nueva etapa. La etapa en que menos sería más.



Lo minimalista del nuevo hogar también se conjugaba con lo minimalista del corazón herido de guerra, con proyectos de sanación homeopática. A la sensación de soledad que me había llevado a la separación, le deparaba más soledad sanitaria. Despojo de recuerdos, de utensilios, de proyectos, de personas. Botiquín repleto de paredes blancas, polvillo, y cajones vacios.



El tiempo pasó, y el terreno devastado volvió a tomar fisonomía propia. Y no entorpecer la racionalidad de lo minimalista de una situación de separación/divorcio, es lo que le dió una nueva entidad al mismo ser. Se fueron colgando cuadros en las paredes, se desarmaron practicunas, los cajones desbordan ... pero es parte de otro capítulo.



Menos siempre será más. La apreciación estética de lo despojado es el mejor ejemplo. Desde las maravillosas esculturas de griegas a esta parte, nada más bello que un cuerpo desnudo. El terreno afectivo, emocional creo que también merece ser expuesto en su más cautivante desnudez. Somos todos autores de dichas piezas de arte, aunque nos escondamos tras ridículos disfraces para tapar lo irreductible, lo escencial: nuestros sentimientos.



Menos hipocrecía, menos vulgaridad, menos superficialidad. Más autenticidad. Más SER.



Hay que avivarse y no ser giles, argentinos...


Así dijo nuestra ignorantA presidentA... que, entre muchas virtudes, tiene el mérito de sacarme de quicio cada vez que habla, que aparece en sociedad... sacando lo PEOR DE MÍ, como nunca nadie antes lo había hecho.

Quienes conocen un poco de este mundo, y se han topado con toda la fauna humana en sus distintas razas, religiones, etnias, gustos y sabores, sabrán que raramente somos distinguidos por nuestros co-habitantes terrestres como los grandes contribuyentes al desarrollo humano de nuestra sociedad actual, pasada...y me atrevo a afirmar, futura. Los argentinos difícilmente seamos reconocidos. A quién no le pasó tener que dar alguna clase de geografía, tratando de explicar la ubicación en el globo terráqueo... o alguna clase de historia, para aclarar que Evita no era un personaje de Madonna en una peli, o tan sólo contar la trama secreta de la vida del ídolo de multitudes, "avivado por excelencia"... ícono del argentinismo actual... Don Diego... Maradona.

Ah, pero ... "en ningún lado se come como en Argentina"... "el río más ancho del mundo"... "la birome"... "las minas más lindas del mundo"... eso sí que es BIEN ARGENTINOO.

Alguna vez sentí vergüenza de mis compatriotas, en algún aeropuerto esperando embarcar. Muchas veces me quejo del falso nacionalismo que emerge después de los partidos de football que embanderan torsos y balcones de celeste y blanco. Pero que esta señora IGNORANTA y PEDANTA, y SOBERBIA venga a dar clases cual maestrita de barrio, cuando debería estar entre rejas ... es TOO MUCH, KRIS!

Sólo espero nunca caer en las tentaciones de este infantilismo, de esta soberbia nacional y popular, de pensar que soy una AVIVADA. No, soy más bien bobita, pero honesta y a mucha honra!

domingo, 14 de septiembre de 2008

Superwoman

Dedicado a las super-madres, en especial a mi amiga Gaby, que está lejos y a quien extraño mucho!

Everywhere I´m turning
nothing seems complete
I stand up and I´m searching
for the better part of me
I hang my head from sorrow
slave to humanity
I wear it on my shoulders gotta find the strength in me
cause I´m a superwoman
yes I am yes she is
even when I’m a mess I put on my vest with an S on my chest Oh yes I´m a superwoman
for all the mothers fighting
for better days to come
and all my women, all my women sitting here trying to come home before the sun
and all my sisters coming together say yes I will yes I can
cause I am a superwoman,
yes I am yes she is
Even when I’m a mess I put on my vest with an S on my chest Oh yes I´m a superwoman
when I’m breaking down and I can´t be found, and I start to get weak
cause no one knows me underneath these clothes but I can fly we can fly,
oooohh cause I’m a superwoman
yes I am yes she is
Even when I’m a mess I put on my vest with an S on my chest Oh yes I´m a superwoman

viernes, 12 de septiembre de 2008

Geisha grillé


Desde chica, ciertas responsabilidades fueron discriminándose en mi casa, en función del sexo de los integrantes de la familia. Retrato clásico supongo, de esta Argentina de raigambre patriarcal, latina y machista. Recuerdo tareas que me fueran asignadas, como sacar o poner la mesa, hacer las camas o hacer postres para el té! Mis hermanos varones estaban eximidos de estas cuestiones, porque "se volverían maricones"... jajja En casa, cuando mi padre hablaba ... los demás nos callábamos, y el control remoto era casi su batuta! ajaja

De más grande, estas concepciones se fueron tornando mucho más naturales, como un mandato divino, sin cuestionamientos y con empatía en mi pequeño mundo.

Y lo que venía perfilándose, terminó convirtiéndose: una geisha occidental, encargada de entretener, agradar y atender al varón. "Al hombre le gusta que lo atiendan"... frase que escuché cientos de veces, y que casi hago propia... resonó mucho por mucho tiempo en mis oídos. Y todo estaría en perfecto equilibrio, si nuestra sociedad fuese la japonesa, donde la geisha es una institución, pero aquí, ciertamente es un despropósito. Grillé. No al horno... eso no es argento! Geisha grillé. Lo que para mí radicaba en una forma de división de habilidades, roles, y estereotipos, en verdad contrastaba y contrasta con lo que hoy la gente contemporánea mía vive como aceptable. El hombre de hoy no espera que lo atiendan, creo que se acostumbró a atenderse sólo, y la mujer espera que la atiendan, ya se sabe con idénticas expectativas, derechos y obligaciones que el hombre.

No sé si está bien o mal, ni siquiera importa si tiene algo que ver con las tasas de divorcios actuales, sólo planteo mi desconfiguración en esta coyuntura. Seré la última de las machistas vivas??

Sería fácil simplemente enunciar que hombres eran los que "mantenían a sus minas", o los que "tomaban las iniciativas". Mujeres también eran las que "cuidaban" a sus hombres, con afecto, gestos, y sobretodo, con complementariedad.

Es sólo una posición personal. Yo estoy a mitad de camino. NI. No creo en la competencia con el hombre, no quiero ser igual a ellos... prefiero hacer de la geisha una institución.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Cambiar o no cambiar. Es esa la cuestión?


Me cuesta reconocerlo, pero también alguna vez tuve la fantasía de ser el motor de cambio de alguna situación, peor aún, de alguna personalidad. Porque si de cambiar se trata, mi ego y autoestima para estas cuestiones funcionan con una pulcritud y firmeza que probablemente serían la envidia de cualquier mortal. Si yo he cambiado, puedo hacer cambiar. A mi madre, cambiar su permanente queja, a mi hermana su desbole congénito, a mi padre su escepticismo crónico, a mis hijos sus cartoons favoritos!



Y en la vida de pareja, también soñé con completar el croquis del marido/amante/compañero/padre perfecto. Lo que hoy, después del fracaso, me cuestiono es si es que la elección fue mala, y a sabiendas, una pretendió el cambio... o si en realidad el cambio sobrevino y se transformó todo en un resultado indeseado. Se puede no cambiar en una sociedad conyugal? Yo creo que no. Que la empresa va involucrando distintas cuestiones y objetivos, algunos coinciden con los intrínsecos de cada miembro, pero otros son distintos.



Para mí, ser madre fue un cambio que revolucionó la sociedad establecida. Cambié, a una tasa completamente distinta de Mr. Wrong. Y aquí, una vez más, pretendí el cambio en el otro. Imposible. Mi cambio era estructural, para él, fue un anexo.



"Ojalá no cambies nunca"... otra frase pre-moldeada que es puro cliché, ingenuidad y subestimación. Debemos cambiar. Evolucionar es más correcto aún. No cambian los valores, la moral, la fe. El resto, es deseable que cambie... pero por decisión propia.



Alguna vez me ví en el espejo cambiada, y ese cambio había sido artesanalmente perpetrado por circunstancias, compañías, experiencias. Y ese darse cuenta dolió. Como antídoto, decidí llevar siempre un espejito en la cartera. Para decidir cuándo cambiar yo solita. Y para que refleje exclusivamente mis rasgos, porque el próximo compañero de ruta, deberá llevar su propio espejito!!!






"Discúlpeme, no le había reconocido: he cambiado mucho" (Oscar Wilde)



miércoles, 3 de septiembre de 2008

Tengo taladro

Como buena hija de ingeniero, crecí entre tornillos, tuercas, tenazas y martillos. Una convivencia perfecta con tantas herramientas del buen vivir hogareño a lo largo de muchos años, me llevó a reconocerlas y familiarizarme, incluso, con ellas. Pero como todo lo que abunda, también se desperdicia. Y en mi caso, desperdicié la oportunidad de invertir horas en aprender a usarlas, en ver a mi padre en su infinita labor de reparador 24/7. Es curioso, como cuando alguien se ocupa de los temas que son importantes, pero no interesantes para una, el ser humano tiende a escurrirse por los rincones. Tal fue mi caso, obviamente, en esta cuestión. Jamás había clavado un clavo en mi vida, ni mezclado el poxi-mix, y mucho menos, usado el taladro!

Para qué? Siempre hubo alguien a quien recurrir para los pequeños grandes desperfectos domésticos. Primero mi padre ingeniero, luego mis hermanos, amigos, hasta llegar a Mr. Wrong.

A todas las divas nos pasa, que el tiempo nos consume en empresas magnánimas... desarrollos intelectuales, culturales, laborales de mayor envergadura ... que un simple fisher en una pared. Lo que se nos escapa de nuestros planes, es qué hacer si no contamos con el "alguien" que se encargue de estas "menudencias". Y aquí viene el planteo feminista: "Le pido a mi ex que me arregle el enchufe?"(obviamente, quedando como una tarada e inútil), "llamo al electricista... es su trabajo?"(me va a salir un ojo de la cara este arreglito choto), "me compro Utilísimas Revistas para Inutilísimas"(uy! qué quemo), o simplemente... "lo dejo así... total, no lo uso más!" (la autoestima es lo que no voy a usar nunca más!).

A mí, se me dió por creer que podría recuperar de mi memoria de la infancia, aquellos recuerdos de mi padre arreglando. Y quise aprender a arreglar. Me compré una caja de herramientas, con algunas piezas... y me propuse arreglar.

Aquí va la confidencia. Necesitaba arreglar más que cosas materiales, la vida que me tocaba. Y fui de a poco, usando estas herramientas, y las otras, las que uno tiene en ese inmenso arcón que está en la azotea, recubierto de pelos!

Algunas cosas pude arreglar, otras estoy arreglando aún, y muchísimas más tengo por arreglar. Lo importante, es saber que uno necesita herramientas, recuerdos, voluntad para querer arreglar y la existencia de un lúcido cerebro.

Todas las divas deberíamos tener nuestros taladros, y poder sin miedos, hacer los agujeros en las paredes, colgar los cuadros y tan sólo ser felices por haberlo hecho por nosotras mismas. Salud a las chicas todo-lo-puedo!
Me voy a colgar un cuadro...